Náyades
Para los griegos, las náyades (del griego νάειν que significa “fluir” y νἃμα, es decir, “corriente de agua”) eran seres elementales de agua, una especie particular de ninfas que vivían en las fuentes, pozos, manantiales, ríos y arroyos, aunque también podían vivir en el agua estancada de los estanques, pantanos y lagos.
Aunque no existe un acuerdo en torno a su origen, a menudo se señala que eran hijas de Zeus y varias Oceánides. Están relacionadas con el agua dulce, a diferencia de sus hermanas las Nereidas que se les relaciona con el Mar Mediterráneo o las Oceánides que están en relación con los mares. Conforme al lugar en el que habitan, se pueden clasificar en:
- Crénides o náyades de las fuentes.
- Heleades o náyades del agua estancada los pantanos.
- Limnades o limnátides, es decir, las náyades que habitan los lagos.
- Pegeas, náyades de los manantiales.
- Potámides o náyades de los ríos.
Además de ser vistas como seres con la fertilidad y la vida, los griegos también creían que las Náyades tenían el poder de predecir el futuro, de hecho, era común que los Oráculos se encontraran en fuentes o en nacimientos de ríos y lagos. No obstante, las náyades también podían ser muy peligrosas y no dudaban en castigar a quien se atreviera a bañarse en sus aguas o simplemente a verlas; la locura era a menudo el castigo que recibía el ofensor.
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