Aunque ya hemos hablado de este tema en nuestros artículos Invocaciones a espíritus y también en Invocación al demonio, creemos que es conveniente ampliar este tema.
¿Qué es la evocación?
La palabra evocación proviene del latín evocatio o evocationis que significa llamar a los espíritus de los muertos, incluso con la evocación es posible llamar ante nuestra presencia a un demonio. La evocación generalmente se realiza a través de ciertos conjuros o invocaciones, es decir, frases con las que se espera el espíritu acuda al llamado. Cabe aclarar que la evocación es sólo la forma de pedir al espíritu que acuda a nuestra presencia, no involucra pedir otro tipo de acciones.
En la antigua Roma, los generales romanos hacían uso de la evocación antes de comenzar una batalla y también antes de entrar a un pueblo o una ciudad sitiada con el fin de que los dioses de dicha ciudad la abandonaran y se dirigieran a Roma. Con lo anterior se esperaba que la ciudad enemiga quedara sin protección alguna de sus dioses y el ejercito romano pudiera a su vez entrar vencedor en dicha ciudad.
El escritor y gramático romano, Macrobio, dejó algunos escritos donde explicaba en qué consistía la evocación:
Si hay algún dios o diosa bajo cuya protección vive esta ciudad, a ti, grandioso, te suplico, te ruego encarecidamente que la abandones, que dejes sus templos, sus lugares sagrados, y vayas a Roma, a mi casa. Que nuestra ciudad, nuestros templos, nuestros lugares sagrados, te serán más gratos y queridos. Si así lo hacéis, prometo levantaros un templo y dedicados unos juegos públicos…
Con el transcurrir de la historia humana, se fue identificando a la invocación como el acto a través del cual es posible ponerse en contacto con los espíritus de los muertos, mientras que la evocación se identificó con el acto de recordar o rememorar algún suceso. Sin embargo, es conveniente recordar el verdadero origen y significado de evocación que nos permite llamar al espíritu ante nosotros (esto lo hace generalmente un o una médium, mientras que con la invocación ordenamos a dicho espíritu a realizar determinada orden.
