En septiembre pasado corrió como reguero de pólvora la nota no confirmada de que la ONU había nombrado una Embajadora para contactos con Alienígenas; desde luego esta nota fue desmentida casi al día siguiente. Aunque Mazlan Othman, directora de UNOOSA, Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de la ONU, reconoció haber participado en una conferencia sobre vida extraterrestre en Reino Unido, negó enfáticamente que la ONU la haya nombrado embajadora y, de hecho, informo que el organismo no se ocupa de esos asuntos.
Sin embargo, esta semana volvió a trascender la nota que relaciona a la ONU con los alienígenas, pues fue la misma Mazlan Othman, declaró que por estadísticas es posible que exista vida extraterrestre y, aunque también declara que no es una experta en el tema, dadas las condiciones en otros planetas no podemos cerrarnos a esta posibilidad; desde luego puntualizó inmediatamente que esto no significa que se hable de vida extraterrestre como la concibe el común de la población —seres humanoides, verdes, con grandes ojos o formas de reptil—, sino que estaríamos hablando de bacterias microscópicas.
Fue también a finales de septiembre cuando estuvo circulando este video de la CNN donde un alto mando de la Fuerza Aérea estadounidense informaba de el “posible” espionaje que seres alienígenas estarían haciendo a las armas nucleares de ese país.
Las declaraciones de Othman, el video de la CNN y esto aunado a las declaraciones que hiciera en 2008 el Vaticano respecto a la posibilidad de vida en otros planetas no hace más que poner en la mesa de discusión un tema que del que se viene hablando desde hace varias décadas. ¿Aplicará el dicho Cuando el río suena…?
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