El Rey Arturo es un personaje legendario que se presenta como el monarca europeo ideal: justo, noble, valiente; sin embargo, a pesar de la extensa literatura en torno a Arturo, no existe evidencia que demuestre la existencia de dicho personaje y, de hecho, ningún rey de Inglaterra ha tenido dicho nombre. Los primeros textos que hacen referencia a Arturo lo ubican como un militar, pero con el tiempo su figura se identificó con el rey más noble y justo de todo Camelot.
Todo lo relacionado con Arturo parece estar rodeado de misterio y los historiadores no pueden llegar a un acuerdo; su nombre, su origen, incluso dónde se encuentra su cuerpo —si es que realmente existiera— es un misterio. Incluso, se le ha llegado a relacionar con el “Santo Grial”, pero veamos a grandes rasgos qué nos dice la leyenda:
Rey Arturo: leyenda
Cuenta la leyenda que Uther Pendragón, rey de Gran Bretaña se enamoró perdidamente de la duquesa Ingraine, esposa de Gorlois, Duque de Cornwall y su mayor enemigo, así que Uther acudió a Merlín que con un hechizo logró que la duquesa lo confundiera con su esposo y se entregara a él; de esa relación nació Arturo que inmediatamente fue entregado a Merlín quien a su vez lo entregó a Sir Héctor para que lo criara como su propio hijo.
Años más tarde apareció una espada clavada en una piedra y en ella se leía que aquel que lograra desencajarla sería el nuevo rey de Gran Bretaña. Aunque muchos caballeros intentaron hacerse con la espada nadie lo logró, hasta que llegó Arturo quien, con sólo 16 años y por ser de corazón noble y puro, inmediatamente logró desencajar la espada de su sitio, con lo que se cumplió la profecía que Merlín había hecho años atrás y quien además se convertiría en su consejero y más fiel aliado.
Algún tiempo después Arturo perdió su espada en un duelo con Pellinore; sin embargo, del lago emergió la mano de la Dama del Lago para ofrecerle a Excalibur, una nueva espada, en la que podía leerse por un lado de la hoja “tómame“, mientras que en el otro aparecía la inscripción “arrójame lejos“. Fue así como Arturo gobernó Gran Bretaña en absoluta paz y justicia en compañía de la Orden de los Caballeros de la Mesa Redonda quienes juraban lealtad al rey y luchaban por la justicia.
Un buen día, Merlín habló a Arturo de la necesidad buscar el Santo Grial y fue así como cada caballero de la orden emprendió su propio camino en busca de tan anhelado tesoro; lo que provocó que el reino quedara a merced de mentes malvadas como la de Sir Mordred, hijo de Arturo y Morgana, que aprovechó la oportunidad para hacerle creer a Arturo que su esposa Ginebra lo engañaba con Lancelot, uno de los caballeros de la mesa redonda más allegado a él. Debido a esto, Lancelot tuvo que abandonar el reino y fue perseguido por Arturo y Sir Gawain, mientras que Sir Mordred aprovechaba para reclamar el reino.
A su regreso, Arturo se dio cuenta de la treta de Sir Mordred y se desencadenó una violenta lucha en la que murieron varios caballeros de la mesa redonda hasta que al final sólo quedaron Arturo y Sir Mordred frente a frente. Arturo, con su espada Excalibur, pudo poner fin a la vida de Sir Mordred; sin embargo, Sir Mordred no daría su vida tan fácilmente, pues también hirió de muerte a Arturo. Se dice que en ese momento Morgana, su hermana apareció nuevamente en una barca junto con otras hadas y la Dama del Lago y se llevaron el cuerpo de Arturo al río Avalon donde ahora descansa.
