En muchas tradiciones alrededor del mundo se ha hablado de los psicopompos, que son seres que conducen las almas de los muertos al más allá (que puede ser cielo, infierno o ultratumba, dependiendo de la mitología), los psicopompos son también, aunque en menor medida, seres que ayudan a un alma a entrar en el mundo durante el nacimiento.
El vocablo proviene del griego psychopompós que significa el que guía, el que conduce o simplemente guía de almas. Los psicopompos son tan diversos como mitologías hay en el mundo: pueden adoptar formas de animales, ángeles, seres en comunión con la naturaleza, dioses menores, demonios, etc.
Por ejemplo, para algunas tradiciones el psicopompo está estrechamente relacionado con los chamanes. Para los aztecas el psicopompo era generalmente Xolotl (dios del relámpago y los espíritus) que ayudaba a las almas a cruzar los distintos niveles del Mictlán; para los cristianos, el psicopompo adquirió la figura del Arcángel San Miguel (jefe de la milicia celestial). Para los griegos Hermes es, sin lugar a dudas, el psicompompo por antonomasia, dios mensajero, de las fronteras y los viajeros. En el antiguo Egipto, encontramos al Señor de los Muertos, Anubis, quien se encargaba de guiar a los muertos al Duat o inframundo egipcio. En Japón encontramos a los shinigami y para los mayas encontramos a Ixtab, diosa del suicidio y esposa del dios de la muerte, por sólo mencionar algunos ejemplos.
