La hechicera o bruja negra (hablaremos de la blanca más adelante) podrá formular hechizos y maleficios, preparar pociones amorosas y bebidas compuestas de ojos de salamandras acuáticas, ancas de rana, etc., imprecar a los demonios, incluyendo a Satanás y podrá (como Fausto) «vender su alma» al diablo por medio de un pacto. Todas estas actividades están dirigidas hacia un fin «egoísta»: el deseo de la hechicería de obtener riquezas, poder, o placer en este mundo, valiéndose de la magia maligna y la ayuda del demonio.
Hill & Williams, 1967. The supernatural
Se dice que las brujas de magia negra, están catalogadas dentro de lo más oscuro de las artes mágicas, tienen como propósito servir a los deseos del Diablo y fungen como sus representantes en la tierra, a cambio, Satanás les ha dado cierta sabiduría y poderes mágicos, además de que les ha puesto un guardián para que cuide de ellas en todo momento, generalmente un gato, al que se le conoce con el nombre de Pyewackett.
Además, las brujas de magia negra repudian todo lo relacionado con Dios y la iglesia y por esta razón, en algún tiempo se dio una furtiva cacería de brujas con la que la Iglesia pretendió eliminar a estas mujeres y el influjo de Satanás en la tierra.
