Musas
Conforme a la mitología griega, las musas, del griego Μοῦσαι mousai, eran las diosas inspiradoras de la música, de gran belleza y con el poder de conseguir todo lo que quisieran; más adelante se les relacionó también como fuente de inspiración para cualquier tipo de poesía y, gracias a sus virtudes proféticas, capaces de narrar el presente, el pasado e incluso el futuro. Se creía además que las musas eran en origen ninfas relacionadas con ríos y fuentes, hijas de Mnemóside (diosa de la Memoria), quinta esposa de Zeus a quien se unió durante 9 noches consecutivas, de ahí que se conozcan nueve musas que, conforme a la Teogonía de Hesíodo fueron nombradas de la siguiente manera:
- Clío, la que ofrece la gloria y la que celebra
- Euterpe, la muy placentera y del deleite
- Talía, la festiva y que florece
- Melpómene, la melodiosa
- Terpsícore, la que deleita en la danza
- Érato, la amable o amorosa
- Polimnia, la de muchos himnos
- Urania, la celestial
- Calíope, la de bella voz
Es a partir del siglo IV a.C, durante la época helenística, que a estas nueve musas se les asignó una función específica dentro de la literatura, así tenemos:
- Calíope: la más importante de todas las musas, quien asiste a los reyes y protectora de la poesía épica.
- Clío: su principal atribución es las Historia y se le encontraba representada con un pergamino o un cofre de libros.
- Érato: su principal atributo es la lira y era la musa de la lírica coral y específicamente de la poesía amorosa.
- Euterpe: representada con una flauta y musa de la música y la poesía lírica.
- Melpómene: era la musa de la tragedia, a quien siempre se le representaba con una máscara trágica.
- Polimnia: musa de la poesía sacra, la pantomima y la geometría.
- Talía: musa de la comedia, quien siempre aparecía con una máscara cómica.
- Terpsícore: musa de la poesía ligera y de la danza, se le representaba con una lira o una viola y en algunas ocasiones bailando.
- Urania: musa de la astronomía y astrología, quien siempre venía acompañada de un compás y un globo celeste.
Dado que las musas fueron consideradas como inspiradoras de toda clase de arte, especialmente el relacionado con la poesía, los poetas griegos acostumbraban a invocarlas y adorarlas al comienzo de alguna de sus obras para que ellas les indicaran las palabras adecuadas y les mostraran sucesos reales.
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