Manuscrito Voynich
Conocido como el Santo Grial de la Criptografía, el Manuscrito de Voynich es un curioso volumen de 15X27 cm, compuesto por 204 páginas de pergamino, además demonio de aproximadamente 28 páginas y cuya peculiaridad y misticismo radican en que se encuentra escrito en un idioma que hasta la fecha resulta indescifrable. El Manuscrito Voynich debe su nombre al librero Wilfred Voynich quien lo compra al Colegio jesuita de Modragone en Italia en 1912; así como ha sido imposible descifrar el contenido, tampoco se ha podido determinar su autor, aunque algunos lo atribuyen al fraile franciscano Roger Bacón (1214-1294), conocido como Doctor Mirabilis y considerado por algunos entusiastas en ocultismo, como el gran mago de su época.
Pero hablemos un poco de la historia del Manuscrito Voynich para intentar dilucidar el misterio:
- Las primeras menciones de este libro las encontramos en Rodolfo II de Bohemia, quien supuestamente lo habría tenido entre sus posesiones.
- 1612-1622, estuvo probablemente en manos del checo Jacobus Horciky de Tepenecz quien intentó sin ningún éxito descifrar su contenido.
- 1622, pasa a manos del alquimista Georgius Barschius.
- 1639, Barschius envía una carta al jesuita Atanasio Kircher —especialista en criptografía y jeroglíficos egipcios— para que le ayude a descifrar el manuscrito.
- 1665, a la muerte de Barschius lo hereda a su amigo Johannnes Marcus Marci, rector de la Universidad de Carolina, en Praga.
- 1665, Marci pide nuevamente ayuda a Atanasio Kirchner a través de una carta que aún es posible ver adjunta en el Manuscrito Voynich.
- 1666, 16 de agosto, Marci envía el manuscrito a Kircher para que lo descifrara.
- 1666-1680, permanece en manos de Atanasio Kirchner si que sea tampoco capaz de encontrar el sentido de sus jeroglíficos.
- La historia del Manuscrito Voynich se pierde y volvemos a encontrarla hasta 1912, en el colegio jesuita de Modragone, en Italia, donde el librero Wilfred Voynich lo compra junto con otros treinta documentos.
A partir de que el manuscrito llega a manos de Voynich, comienza su verdadera leyenda: el librero lo lleva a Estados Unidos sospechando que su autor es Roger Bacon, así que hizo varias copias del mismo y las envió a diversos especialistas en criptología y filología quienes inmediatamente se interesaron y pusieron manos a la obra sin obtener resultados satisfactorios. Fue entonces cuando la sección de criptología de la División de Inteligencia Militar de los Estados Unidos (MI-8), liderada por Herbert Osborne Yardley y John M. Manly, se interesó en el estudio del mismo; sin embargo, sus estudios tampoco tuvieron éxito.
En 1919 toca el turno a William Romaine Newbold, experto en filosofía e historia medieval, estudiar una de las copias que Voynich le había enviado; en 1921 reunió a la Sociedad Filosófica Americana en Filadelfia para dar a conocer los resultados preliminares de sus investigaciones, entre los que se destacaban que Roger Bacón ya había inventado la lupa y esbozado el microscopio y telescopio siglos antes de su invención. Newbold muere en 1926 y en 1928 su colega y amigo Roland Grubb Kent publicó los resultados que no tardarían en causar revuelo entre la comunidad científica, algunos la aplaudieron los resultados, mientras que otros como John Manly los desacreditaron completamente.
Resulta curioso pues, que un documento tan estudiado nunca ha logrado ser descifrado; quizá por esta misma razón llama tanto la atención y existen tantas historias en torno a él; por ejemplo, algunos creen que en él se menciona por vez primera la existencia de la nebulosa Andrómeda y, si se toman en cuenta las ilustraciones que incluyen soles, lunas y estrellas, le encuentran cierto contenido astrológico y astronómico; los que van más lejos afirman que en él se encuentran los secretos de las nova (explosión termonuclear) y los quasars (fuente astronómica que incluye radiofrecuencia y luz visible); hay quienes piensan que el Manuscrito Voynich es un herbario alquímico; y, tampoco faltan los que piensan que su contenido está relacionado con la biología.
Parece entonces que, mientras no se de con una clave con validez y aceptación general, no será posible descifrar el Manuscrito de Voynich y todo lo que tendremos serán especulaciones de su contenido.
Se encuentra facilmente un facsimil en internet, por si quieren hacer la prueba. 😉
Tambien corren las teorias de que se trata de una compilacion de trabajos anteriores, que fueron traducidos a ese particular idioma (porque aparentemente lo es) y que en realidad se trataria de un dialecto del norte de africa del que no se guarda otro registro escrito y que habria sido inventado por el autor del manuscrito.