¿Después de la muerte qué pasa?
Seguramente en más de una ocasión nos hemos preguntado ¿qué pasa después de la muerte? Dependiendo de la religión, creencias y los estudios será la respuesta que nos ofrezcan, en este post hablaremos sólo de algunos casos:
Desde el punto de vista científico después de la muerte sólo podemos esperar una serie de procesos biológicos que desencadenarán la putrefacción de nuestro cuerpo hasta que se consuma completamente y queden los huesos. La ciencia no acepta la existencia del alma, pues no ha habido manera de demostrar por el método científico la existencia del alma, al menos como muchos la conciben; el físico, biólogo molecular y neurocientífico británico Francis Crick ha sido uno de los principales detractores del alma humana; Crick apuntaba que la mente —la conciencia como en algunas ocasiones se identifica al alma— es sólo un producto de actividades neuronales y por tal, no hay motivo para pensar que una vez que el cuerpo muere, el alma abandone el cuerpo, pues el alma son sólo procesos cerebrales que mueren junto con el cuerpo.
Sin embargo, las diferentes religiones alrededor del mundo opinan algo muy distinto: es un acuerdo casi universal que existe un alma humana y después de la muerte, ésta abandona el cuerpo para dirigirse a un destino posible; dependiendo la creencia que profese la persona será el destino que tenga su alma.
Para los antiguos egipcios existía vida después de la muerte y todas las personas tenían un espíritu que era conducido por el dios Anubis a la sala de las dos verdades donde colocaba su corazón en una balanza; si la evaluación no favorecía a la persona Ammit destruía al corazón, en caso contrario la persona era llevada ante Osiris, dios de los muertos; por tal motivo la preservación del cuerpo era tan importante para los egipcios y una vez que la persona moría se llevaban a cabo rituales complejos que incluían embalsamar y momificar a la persona.
La mitología griega también existía el alma. Una vez que la persona moría Caronte se encargaba de cruzar el alma de la persona al otro lado del río Aqueronte hasta el inframundo donde reinaba Hades, el hermano mayor de Zeus; por eso era tan importante que los familiares colocaran una moneda debajo de la lengua del muerto para que éste pudiera pagar a Caronte el transporte al Hades y no se quedara estancado en el mundo de los vivos.
Desde el punto de vista del catolicismo, el alma de la persona tiene tres posibles destinos conforme a su comportamiento en vida: infierno, el cielo o el purgatorio; así que sólo podemos intuir qué ha sido de esa alma y podemos confiar en que se encuentre en alguno de estos tres planos ya sea pagando por sus “pecados” o bien, gozando de la gracia divina. Un cuarto posible lugar es el limbo del que también ya hemos hablado en un post anterior.
Los aztecas en el México prehispánico hablaban también del alma que dependiendo del tipo de muerte, se dirigía a diferentes lugares; las almas de los que morían de muerte común se dirigían a Mictlán donde, después de un recorrido por 9 niveles lograban el descanso eterno.
Hay también quienes dicen, principalmente los seguidores del New Age, que el alma reencarnará en otra persona para que siga su camino evolutivo, así que no debemos preocuparnos por saber cómo está o por intentar contactarlo, porque esa alma sigue su camino y que en algún momento volveremos a encontrarlo en otra o en otras vidas.
De acuerdo total con el estimado KRIC: —- NO EXISTE ALMA, por ser la metátesis de ÁNIMA, dado que todo ser vivo (animal o vegetal) está animado por la vitalidad con la idea de MOVIMIENTO, aunque los vegetales la tienen y sin moverse del suelo, y a veces expresan su animación huyendo o apartándose del tacto nocivo. Por tanto, es inadmisible la Dualidad Cartesiana.
Todo Ente nace, se desarrolla y muere completo.
El ser nace y muere, pero sólo la parte física el hardware, por así decirlo; hay otra parte sutil, el programa que nos rige, que viaja en el tiempo a nuestro exacto día y hora de nacimiento y reingresa nuevamente en nuestro cuerpo recién nacido. A esto se le denomina el eterno retorno, no es la reencarnación de las religiones orientales es algo así como una vida eterna, renaciendo cada vez, pero olvidando la experiencia anterior.
En contadas veces tenemos atisbo de esto, cuando soñamos con algo antes que suceda, ya que nuestra mente recuerda el suceso, de la vez anterior, o cuando tenemos un deja vú.