Cruz: simbolismo
Símbolo de la cristiandad por antonomasia, la cruz ha acompañado al ser humano desde los tiempos más remotos —mucho antes de la llegada de Cristo— donde pasó de ser dos líneas a un signo bastante complejo. Resulta lógico incluso, que muchos símbolos utilizados en Occidente tengan sus bases en esta figura.
En términos generales, podemos decir que la cruz representa a los cuatro elementos, es decir, aire, agua, fuego y tierra; así como a los puntos 4 cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. Las cuatro puntas de la cruz representan las 4 estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno; así como las 4 edades: oro, plata, cobre, hierro e, incluso, las 4 fases de la luna: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante. La cruz simboliza también aspectos mucho más complejos como los cuatro caminos: ciencia, filosofía, arte y religión.
Sol y Tierra, principio masculino y femenino, equilibro entre todas las fuerzas, perfección, eso y más representa la Cruz.
Cuando la cruz se encuentra dentro de un círculo, simboliza al cielo y la tierra en un balance perfecto; de esta manera la cruz comienza a asimilarse con la rueda que representa al Sol y, por ende, a Dios, que no necesariamente es el dios de los cristianos.
Entre las tribus africanas, por citar solo un ejemplo, la cruz representa el lugar donde se encuentran los vivos y los muertos. En Asia, la cruz representaba el eje del mundo, la línea vertical son las fuerzas activas que se subordinan al cielo, es decir, el principio masculino; mientras que la línea horizontal representa las fuerzas pasivas, el principio femenino.
En términos alquímicos, la cruz tampoco puede faltar. Cada uno de los ángulos mide 90° que al ser sumados resultan en los 360° que tienen los círculos, es decir, en la alquimia la cruz representa a la cuadratura del círculo, es decir, la perfección y, por ende, el elixir de la inmortalidad.
Es sin duda, con la llegada del cristianismo que un símbolo ya de por sí complejo y cargado de un gran simbolismo, alcanza su máxima expresión. Para esta religión y, más adelante, para el catolicismo, la cruz representa no sólo a Cristo, sino también el sufrimiento, sacrificio y la salvación de la humanidad, la gloria eterna a través del sacrificio y del amor.
La cruz latina, conocida también con el nombre de cruz ordinaria es la marca de Dios, no es de extrañar que San Pedro al no considerarse digno de morir en la misma forma que murió Jesús, haya pedido morir en una cruz invertida que más adelante y de manera errónea representó a un símbolo satánico.
En los inicios del cristianismo, cuando los cristianos aún no representaban ni de broma la religión más importante a nivel mundial y eran perseguidos, utilizaron la Cruz dissimulata o Cruz Gammata, compuesta de 4 letras gamas griegas que disfrazaban a la cruz donde murió Jesus y que ya desde ese entonces representaba a dicho grupo religioso.
La Cruz de las Cruzadas o Cruz de Jerusalén se compone de una cruz griega rodeada de otras cuatro cruces, fue utilizada por los Cruzados y más tarde representó a la Ciudad de Jerusalén. Las cuatro cruces pequeñas situadas en cada uno de los cuatro cuadrantes de la cruz más grande, simbolizan los cuatro puntos cardinales a donde llegó o debía llegar la palabra de dios, aunque algunos afirman que éstas representan a los cuatro evangelistas, es decir, a Juan, Lucas, Marcos y Mateo. Las cinco cruces en conjunto representarían las cinco heridas sufridas por Jesús durante el calvario.
La cruz recruzada, llamada también Cruz Sagrada o Germana, representa entre los germanos el signo de los cuádruples misterios.
La cruz del tau, Crux Comissa, Cruz de San Antonio o Cruz Egipcia representaba al árbol de la vida y era utilizada como signatura por San Francisco de Asís.
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