Informacion sobre vampiros: Tratado de Agustin Calmet
Agustín Calmet fue un monje francés benedictino que vivió entre 1672 y 1757 y que es reconocido hoy en día por sus estudios en teología que le valieron gran respeto entre los estudiosos de su tiempo, de estos trabajos se destaca su magna obra Commentaire littéral sur tous les livres de l’Ancien et du Nouveau Testament (Comentario Literal de todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento), una serie de 23 tomos publicados entre 1707 y 1716, esta serie de libros pronto alcanzarían tal fama que tuvieron que ser reimpresos en 1714 y 1720 y también entre 1724 y 1726, por último, al ser un estudio muy estimado se publicó una traducción en latín entre 1730 y 1738
Pero además de su gran tratado sobre la Biblia, Agustín Calmet también alcanzaría gran fama entre los expertos en vampirología por su obra Disertación sobre los revivientes en cuerpo, los excomulgados, los upires o vampiros, brucolacos, etc. (Dissertations sur les apparitions des anges, des démons & des esprits et sur les revenans et vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie & de Silesie), conocido generalmente como Tratado sobre vampiros.
Se dice que por la misma época en que vivió Agustín Calmet, en el Este de Europa y los Balcanes ocurrían numerosos fenómenos extraños que involucraban historias donde los muertos resucitaban y atacaban a los vivos, generalmente sus familiares.
En aquel entonces la ciencia no había logrado el desarrollo que tiene actualmente, la religión dominaba y la superstición era la forma natural de explicar cualquier suceso que estuviera fuera de la comprensión de las personas; por tal motivo, no es de sorprender entonces que se hablara de no-muertos o muertos regresando de sus tumbas para explicar los extraños sucesos en el Este de Europa y la región de los Balcanes.
Sin embargo, el benedictino Agustín Calmet no se quedó conforme con estas historias llenas de superstición y se dio a la tarea de investigarlas a fondo. Después de varios estudios Calmet concluyó que todos estos casos de no-muertos no tenían ningún fundamento y se reducían a personas que habían sido enterradas vivas, cosa muy común en una época donde los médicos tenían muy pocas herramientas para asegurarse que el paciente realmente había muerto. Los resultados de dichas investigaciones fueron publicados en 1746 en su ahora famoso Tratado sobre vampiros.
El Tratado sobre los vampiros de Calmet trataba derrumbar el mito del vampiro y concluía que las historias se debían a la superstición e ignorancia de la región, paradójicamente, estos mismos estudios fueron la punta de lanza para que la figura del vampiro cobrara fuerza y surgieran cada vez más casos de “vampirismo”. Algunos aseguran incluso que sin la existencia de este tratado, Bram Stoker nunca hubiera tenido material suficiente para escribir su famosa novela Drácula.
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