El 6 y 7 de noviembre de 1610 tuvo lugar el Auto de Fe celebrado en la Ciudad de Logroño, en España, lo que más tarde se convertiría en el famoso proceso contra las Brujas de Zugarramurdi en el que el Tribunal del Santo Oficio procesó a 40 mujeres y doce de ellas fueron condenadas a morir en la hoguera.
Todo comenzó cuando María de Zimilguen fue requerida por Fray León de Aranibar para declarar ante el Tribunal del Santo Oficio en la ciudad de Logroño. Zimilguen reconoció haber participado, junto con otras mujeres del pueblo, en aquelarres celebrados en lo que hoy se conoce como la Cueva de los Aquelarres o Cueva de las Brujas. Ante esta declaración, comenzó una encarnizada cacería de brujas que duraría más de dos años (1608-1610), en las que el Santo Oficio detuvo a más de 300 personas acusadas de brujería, de éstas, 40 fueron procesadas y 12 fueron condenadas a la hoguera.
